El Safe Quality Food Institute ha publicado la última versión del programa Safe Quality Food (SQF), ya en vigor para la certificación. Los fabricantes que deseen obtener la certificación SQF deben comprender los cambios clave de la edición 9 de SQF, que también ayudarán a su empresa a cumplir con las estrictas normas de seguridad y calidad y a atraer más clientes.
En mayo de 2022 se cumplió un año desde que se introdujeron cambios clave en el programa Safe Quality Food (SQF) y los fabricantes que deseen obtener la certificación deben cumplir los últimos requisitos.
Si bien los cambios siempre y comprensiblemente causan cierta preocupación, la buena noticia es que las actualizaciones de la edición 9 de SQF se hicieron realmente para facilitar las cosas a las empresas que producen alimentos y bebidas consumibles.
Las actualizaciones de la última edición ayudan a los fabricantes a alinearse con otros reglamentos y normas, y a situar su negocio en una buena posición en un mercado siempre competitivo.
Mejor alineación con GFSI: La inclusión de una cultura compartida obligatoria de seguridad alimentaria está en línea con los requisitos de la Iniciativa Global de Seguridad Alimentaria (GFSI) publicados en 2018. SQF es un sistema reconocido por la GFSI. Los fabricantes que quieran seguir cumpliendo ambos requisitos pueden hacer hincapié en la importancia de la cultura de la seguridad alimentaria desde los altos ejecutivos hasta los empleados de todos los niveles de la organización y también desplegar herramientas que demuestren ese compromiso con la seguridad y la calidad, como los sistemas de inspección en línea instalados en los puntos de control críticos.
Infraestructuras claras: La edición 9 de SQF, actualizada por el Safe Quality Food Institute (SQFI), ha sido revisada con delineaciones claras y relevantes. Existe un código independiente para la calidad, lo que hace que la SQF sea única en comparación con otras normas del sector. Además, la nueva versión divide los códigos de seguridad alimentaria por diversos sectores industriales, como la fabricación de alimentos, la fabricación de alimentos para animales, la fabricación de piensos, la fabricación de productos animales, la fabricación de suplementos dietéticos, el almacenamiento y la distribución y la fabricación de envases alimentarios, así como la producción de plantas primarias, la producción animal y la acuicultura. Los sistemas de rayos X que realizan tanto controles de seguridad como de calidad son especialmente útiles para cumplir los mandatos SQF.
Lenguaje y contenido racionalizados: Se supone que el SQF actualizado es más fácil de leer, ya que los redactores eliminaron las redundancias y reordenaron las cláusulas que tenían más sentido en otras secciones. Por ejemplo, la validación y la verificación se han dividido en áreas diferentes para diferenciar entre la validación de las materias primas o los productos y la verificación de los programas de los proveedores para garantizar que ambos cumplen las estrictas normas de calidad. De este modo, se pueden aprovechar las tecnologías correctivas y preventivas, como la inspección avanzada por rayos X, para controlar y eliminar la contaminación por materias extrañas, tal como se establece en el apartado 11.7.3 del nuevo código.
Actualización de los requisitos de los fabricantes por contrato: Reconociendo algunos de los cambios de la industria en la historia reciente, la sección 2.3.3 de la nueva versión refuerza los requisitos de seguridad alimentaria de los fabricantes y proveedores por contrato y requiere la documentación del cumplimiento. El Programa de Proveedores Aprobados, de carácter obligatorio, insiste en la necesidad de que los proveedores demuestren su cumplimiento, en parte asegurando que sus ingredientes y productos han sido inspeccionados para detectar contaminantes físicos y problemas de calidad.
Actualizaciones de la época de la pandemia: La edición 9 también tiene en cuenta el impacto de la crisis sanitaria mundial en los fabricantes, con la inclusión de circunstancias para las auditorías a distancia y otras actualizaciones que reflejan las cadenas de suministro cambiantes o modificadas. Los avances tecnológicos, incluidas las mejores herramientas de comunicación, como las videoconferencias, han hecho posible que se realicen más auditorías a distancia cuando las visitas en persona no son posibles.
Una cultura de seguridad alimentaria compartida es la piedra angular de las normas BRCGS, GFSI y ahora SQF. Este énfasis descendente en la calidad y la seguridad en toda la cadena alimentaria seguirá impregnando la industria y, en última instancia, proporcionará productos más seguros y mejores a los consumidores. Descargue este libro blanco detallado sobre los cambios y las implicaciones de la 9ª edición del Código SQF para empezar.
Christy Draus, Directora de Marketing